lunes, 26 de diciembre de 2016

Desorden de sentidos


Asomar la oreja a la reja,
eligiendo mejor no verlo,
sentir lo que estaba ocurriendo...
y sentirlo además por dentro.

Mirar con los ojos cerrados,
oler con el pensamiento,
 y palpar la brisa del viento,
saborear sin probar bocado,
qué es lo que se está cociendo,
la música, el bullicio, los elementos
y disfrutar así del momento.

Tardes de vinos y amigos,
 tertulias sin ningún motivo,
paridas varias, locuras, delirios,
estómagos retorcidos
y desorden de los sentidos.


Autor: José L. Pérez Ballesteros. 


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