Precioso tiempo, el perdido,
en marcar las diferencias,
en la protesta firme, el desvarío
y las absurdas incoherencias.
Precioso tiempo, el dañado,
al amor en su inocencia,
al desgaste inútil y ofuscado
que va minando la conciencia.
Precioso tiempo, el vivido,
ese, lleno de horas muertas,
dedicado a las caricias, a los besos
y a viajar por las estrellas.
Precioso tiempo entregado
a la absurda indiferencia.
Fdo.- José L. Pérez Ballesteros.
Precioso el tiempo vivido para y en el amor.
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