su razón se puso arriba, por montera,
kamikaze de la vida, sorda y ciega
enfundada en su mentira y su quimera.
Buscó el amor a punta de pistola
y a veces el amor huyó despavorido,
no es atado como alcanza su nobleza
pues se marcha siempre en un suspiro.
Sirena que te embauca con su beso
no es atado como alcanza su nobleza
pues se marcha siempre en un suspiro.
Sirena que te embauca con su beso
y te arrastra al fondo de los mares,
si supieras mantener la compostura
si tu genio no te invade... y tu locura
y la dulzura de tu voz no se hace grave,
cuanto amor te dedicaba... tú lo sabes.
No es ahora el mundo tu enemigo,
ni tampoco el desapego de la gente,
es cosecha de arrogancia deprimente
y de inicuo proceder ante el amigo.
Las lágrimas gastadas en soberbia,
como fruta madura del talante,
caen ahora de sus ramas doloridas
y en arrogante soledad te decomisa.
Pues sembraste tempestad en primavera
el invierno siempre llega con ventisca.
Autor.- José L. Pérez Ballesteros.
El amor es un ente pacifista... no hay violencia en las bondades de su lista.
ResponderEliminarAsí es Miriam. Gracias por tu visita.
EliminarBusco el amor a punta de pistola....
ResponderEliminarQuizá no supiera hacerlo de otro modo. Al menos lo intentó.